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Cócteles con Aguardiente

Cócteles con aguardiente
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¿Sabías que preparar bebidas resulta ser unos de los hobbies más fáciles y divertidos que hallas imaginado? Si es así, te mostraremos y enseñaremos los nombres, así como las recetas para preparar cócteles a base de aguardiente que te dejaran alucinando.

Ponte ropa cómoda, prepárate y transpórtate a este fascinante mundo, disfrútalos y bienvenido a esta página en la que encontrarás todo lo que necesitas saber sobre CÓCTELES CON AGUARDIENTE

En Tu Cocteleria queremos que puedas lucirte con tus familiares y amigos con una gran variedad de cócteles a base aguardiente.

Los cinco cócteles con aguardiente más famosos del mundo y cómo prepararlos

Listado completo de recetas de cócteles con aguardiente para ser un bartender top

Los enlaces de esta lista de combinados se van actualizando periódicamente.

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¿Qué diferencias hay entre los cócteles de aguardiente?

Cada cóctel de aguardiente tiene una característica realmente marcada y un toque único en su preparación, jamás encontrarás uno que se parezca al otro, y esto debido a las distintas y variadas mezclas que podemos encontrar a la hora de su preparación.

Los cuales van desde combinarlos con las más diversas y excéntricas frutas tropicales, pasando por vegetales de cualquier naturaleza, así como productos elaborados. Todo ello acompañado de los licores más conocidos y apreciados a nivel mundial.

Por un momento imagínense una bebida a base de aguardiente cuyo ingrediente resaltante sea la leche condensada, que es de dulzor imponente y bastante espesa, como sería el cóctel juguito de fresa, en contraposición con un cóctel de aguardiente preparado a base de Vodka y Ginebra, néctares de toque seco y matiz fuerte de nombre envolvente y sugestivo como es el cóctel de sexo en la playa.

Así podemos encontrar una infinidad de cócteles que distan mucho en su preparación, pero todos envuelven graciosamente el paladar de quien los disfruta.

¿Cómo se elabora el aguardiente?

SPOILER: ¡Ojo, TURRA! Paso a paso cómo se elabora el aguardiente
El aguardiente como su nombre lo marca es una bebida con elevado contenido de alcohol que al ser consumido causa una repentina, explosiva y fugaz sensación a su paso. Este se elabora al destilar un fermentado de gran concentración de alcohol. Se conocen una gran variedad de productos cosechados y extraídos de la tierra que luego de una etapa de fermentación son usados para la elaboración del aguardiente, como podrían ser frutas, cereales, vegetales y leguminosas, de donde se extrae la sacaraso, materia prima natural de contenido principal para su elaboración. Es partir de esta que surge el producto químico etanol, lo que condiciona en principio que el aguardiente sea diluido en agua. Existe en la actualidad gran variedad de tipos de aguardientes. La acepción aguardiente en la mayoría de los casos puede referirse a cualquier bebida alcohólica obtenida por destilación, cuyos grados o permanencia de alcohol esté entre 30% y 59%.

Clasificación de aguardientes

Aguardiente alemán:  Se obtiene a base de macerar determinadas especias y hierbas en aguardiente.

Aguardiente anisado: Se le agrega un compuesto de anís al fabricarlo.

Aguardiente de cabeza: El primero que sale de cada destilación.

Aguardiente de caña: El que se obtiene de la melaza.

Aguardiente de nueces: El que se elabora a base de nueces.

Aguardiente seco: El puro que no tiene azúcar ni compuestos.

Breve historia del origen del Aguardiente

Su historia se remonta a Italia por el siglo XIII, en la búsqueda de una bebida espirituosa que garantizara una vida perpetua, los eruditos en aquel tiempo pensaron que se podría extraer de una fuerza cósmica y sobrenatural que se encontraba en el vino.

Fue así como se dio inicio a la destilación que dio origen al agua de la vida. Propagándose el oficio de la destilación por toda Europa medieval, mucho tiempo después este elixir llegó a Escandinavia.

Ya a finales del siglo XV, produciéndose exclusivamente del vino. Por culpa de las bajas temperaturas, el poco acceso a la uva y la ausencia de luz solar durante gran parte del año impedían hacer un buen vino. Por este motivo se hacía imposible producirlo localmente, he hizo que este fuera un producto de importación, debido a que las uvas no se daban bajo esas condiciones.

Esto causó que se convirtiera en una bebida particularmente exótica y de alto costo, llegando a utilizarse principalmente como medicina. Viendo que no se producía la inmortalidad esperada, se le atribuyeron místicos poderes de sanación.

A estas bebidas, que producían con su consumo una sensación extra sensorial les fueron agregando especias que luego se las combinó con hierbas para hacerlas más potentes. Se creía que el aguardiente curaba una amplia variedad de enfermedades y su uso no era exclusivo de los humanos, hasta los animales sentían beneficios curativos con el aguardiente.

Años más tarde, en el siglo XVIII, hubo otro descubrimiento importante: se podían utilizar papas en lugar de cereales, con la papa como fuente principal, la producción de aguardiente tuvo un gran aumento.

Las variedades más conocidas de aguardiente son: el de alcaravea, anís, hinojo, naranjas, de eneldo, cilantro, canela, baya de saúco, mirto, grosellas, y muchos más.

Tipos de Aguardiente

  • Ron
  • Brandy
  • Cachaça
  • Cognac
  • Vodka
  • Ginebra

Las principales Marcas de Aguardiente

Las marcas que se conocen hoy en día, muchas de ellas presentes en el mercado desde el 1800, reflejan las preferencias nacionales y regionales.

La gente que vive en la costa occidental de Suecia prefiere la fragancia fresca y dulce de las bayas de saúco que se encuentra en su marca local, Halland Flader; los fineses, en cambio, se inclinan por la canela; y los daneses, por la alcaravea.

Suecia, el mayor productor de aguardiente, elabora alrededor de 20 marcas diferentes. Una de sus más vendidas y que además constituye el principal producto de exportación del país es la O.P. Anderson, un verdadero clásico, aromatizado con alcaravea, anís e hinojo. Otra marca popular, la Skane Aquavit, es de gusto similar, pero contiene menos especias.

El Aguardiente más caro del mundo

Después de investigar los tipos de aguardientes, encontramos el más costoso en una botella de Coñac Henri IV Dudognon Heritage, valorado en 2 millones de dólares.

Se trata de una botella con oro y diamantes, elaborada por el joyero José Dávalos. Es el coñac más costoso del mundo.

Los entendidos en el tema presumen que es el ADN de este licor, describe y captura a la perfección la esencia de este tipo de bebida.

El Aguardiente más antiguo del mundo

Entre la variedad de aguardientes encontramos como el más viejo del mundo el Mount-Gay 1703.

Como su nombre lo indica, este ron se empezó a fabricar en el año 1703 y desde entonces se utiliza la misma técnica que desde su inauguración.

Su altísimo precio hace que no esté disponible para todos los bolsillos probar ese sabor único que se consigue al mezclar el ron con varios licores de más de 30 años, imagínense la sensación.

El aguardiente mayormente reconocido a nivel mundial

Quien no ha escuchado hablar de la ciudad de Coñac, célebre en todo el mundo por el aguardiente que se extrae de sus vinos y es, desde hace más de cuatro siglos, asiento y cuna de uno de los licores más bebidos.

Cuenta con la particularidad de ser el único que se obtiene a partir del vino de uva blanca de las cepas cultivadas cerca de la ciudad que le da nombre.

Todos los demás licores parecidos son sucedáneos. Bien lo sabe España que, tras una guerra comercial no le quedó más remedio que llamar brandy lo que durante muchos años denominó y vendió como coñac.

La historia del coñac está unida a una serie de apellidos (Martell, Remy Martin, Hennessy, Courvoisier…) que, pese al paso del tiempo y los traspasos comerciales, han hecho perdurable la marca, potenciando su desarrollo y elaborando nuevas estrategias para superar las exigencias del mundo moderno.

Por eso es el más universal de los aguardientes. Una historia que arranca en el siglo III, cuando los romanos que llegaron a la Galia enseñaron, entre otras cosas, a las gentes de esa región a hacer vino y a cultivar el viñedo, la madre de todo lo demás.

Una vez aprendida la lección, durante siglos estuvieron haciendo vinos que fueron famosos en la zona, hasta que en un afán expansionista emprendieron la aventura de venderlos más allá de la región.

Entonces vino la sorpresa. Los caldos no aguantaban el trayecto de las nuevas rutas marinas que se empezaron a abrir en el siglo XVII, y los vinos de la región, secos y afrutados, al ser sometidos durante el viaje a temperaturas altas, llegaban a lugar de destino hechos una ruina.

Destilación del aguardiente: imprescindible para su crecimiento

Esta forma de elaboración del aguardiente se produce porque los viticultores, que veían peligrar su negocio, se les ocurrió destilarlos, pero no con la idea de hacer un aguardiente, sino porque pensaron que la destilación sería la mejor forma de que soportasen el largo viaje a Holanda, Inglaterra o Noruega (sus mercados principales) y, una vez allí, añadirles un poco de agua para rebajarlos.

Pero el milagro no surgió y, a comienzos del XVIII, el comercio con Inglaterra fue suspendido durante un tiempo por razones políticas y los productores decidieron conservar sus destilados en barricas de robles de los bosques cercanos para que no se estropeasen.

Al ir a verificar su estado, comprobaron atónitos que el aguardiente había tomado un bello color dorado y que esa viveza y ese ardor, propios de un aguardiente joven, se había matizado convirtiéndose en algo sumamente agradable al paladar y lleno de aromas.

Con el envejecimiento en madera había nacido una nueva bebida, y eso sí que fue un milagro, que se denominó coñac. El cargamento salía a través del río Charente, de la villa de Coñac hacia el puerto de La Rochelle y, de allí, a Europa.

El poder de la madera

El coñac no sería nada sin la barrica de roble, porque la madera de estos árboles, cortados cuando tienen por lo menos 150 años se deja secar. Después, sufre un ritual que es lo que hace que el aguardiente saque sus escondidos aromas.

Para empezar, de cada árbol sólo se sacan dos barricas, pues únicamente el 20 por ciento de su madera se aprovecha para hacer las duelas que formarán las barricas (de ahí su elevado precio).

El resto irá a la chimenea o a la caldera de la calefacción. Las duelas, una vez ensambladas, se ponen al fuego durante 30 minutos para que se ablanden y, a golpe de martillo, totalmente manual, se van formando las barricas.

Ese fuego es lo que hará que la madera desprenda los aromas tostados y ahumados que después cogerá el aguardiente.

También la piedra caliza del suelo donde crecen las uvas contribuye a la calidad del coñac, aunque lo verdaderamente importante y a quien debe su sabor exquisito y su fragancia es a los métodos de destilación y a su maduración en barricas de roble.

Procedimiento que no ha cambiado desde hace más de 300 años, porque la edad del coñac no la determina el año de la vendimia sino los años de permanencia en la barrica. El coñac es una mezcla de diferentes añadas.